"Los que desprestigian jóvenes son los que marcaban a nuestros padres", dijo nieta recuperada

La nieta recuperada Hilda Victoria Montenegro afirmó que a los jóvenes que participan en política “los desprestigian los mismos que marcaban a nuestros padres como subversivos”, y reconoció que después de “muchos años” pudo “reivindicar el compromiso militante” de sus padres, asesinados durante la dictadura militar por su apropiador.


Victoria hoy milita en `Kolina´, la agrupación que encabeza la ministra de Desarrollo Social Alicia Kirchner, y sus convicciones actuales son el producto de fuertes contradicciones que “significaron quiebres y saltos”.

“La resistencia a conocer la verdad fue muy fuerte", reveló la joven en diálogo con Télam, debido a la crianza que recibió de sus apropiadores, un coronel ya fallecido, que integraba los grupos de tareas bajo el apodo de “Gordo José”, y su esposa.

Montenegro reconoció que “no existe un click en estos procesos” sino que hay pequeños cambios y quiebres en los que uno "va avanzando y reacomodando las cosas de a poco”, y dio como ejemplo que aún después de haberse restituido su identidad “seguía yendo los 29 de mayo a los actos por el Día del Ejército, llevando
a mis tres hijos con la idea de que se podía vivir con las dos realidades”.

Debieron transcurrir años para que Victoria cuente que su vida hoy es “militar y trabajar todo al mismo tiempo” y reivindique a sus padres, que dejaron de ser “los subversivos” porque “la palabra militancia o política era algo sucio en mi casa”.

“Desde que `aparecí´ -así define al momento en que el Banco Nacional de Datos Genéticos confirmó su identidad en 2000- fui dando saltos junto a toda la sociedad también, para poder conocer a mis papás, saber qué hacían y sentirme orgullosa de ellos”, explicó.

Victoria hoy se pone al frente de la defensa de la juventud militante y no dudó en señalar que “los sectores que descalifican y desprestigian a la militancia son los mismos que marcaron a nuestros padres y lo hacen porque les tienen miedo a esta juventud que contagia hasta al más tibio”.

“Si bien las fuerzas armadas fueron la mano de obra barata del terrorismo de Estado, hubo un montón de gente que se sentó a pensar cómo iba a ser ese golpe y qué iba a pasar con nuestros padres, y son los mismos que hoy siguen sentados en los mismos lugares, en las mismas empresas y en los mismos monopolios”, acusó.

Para la Victoria de hoy, la juventud comprometida representa en esos sectores “un amenaza” porque “no para de pensar, de organizarse, de transformar la realidad” y está segura de que “no se van a resignar nuevamente como pasó aquella vez con gran parte de la sociedad que cerró los ojos y no se metió”.

La Victoria de hoy reconoce “la lucha de Abuelas por encontrarme y el sueño de mis viejos cuando me pusieron ese nombre diciendo que `la Victoria esta a la vuelta de la esquina´” y que se reproduce con la militancia de sus tres hijos: Gonzalo (19),
Sebastian (17), y Santiago (13).

“Ahora, no solo reivindico su lucha, sino que agradezco la posibilidad de militar activamente en una agrupación que me permite trasmitir las politicas de derechos humanos y las transformaciones de la Argentina de hoy, que dejó de tener un Estado terrorista y ahora tiene un modelo que le devuelve la dignidad a los
argentinos”, explicó.

De cuando en los documentos figuraba como María Sol Tetzlaff Eduartes, hija de Germán Tetzlaff y de María del Carmen Eduartes, nacida el 28 de mayo de 1976, quedaron en Victoria imágenes desde los cinco años acompañando cada 24 de marzo a su apropiador y genocida a los desfiles militares que se realizaban en Campo de Mayo o en Villa Martelli.

“Para mí, esa fecha era para celebrar el día en que nuestros soldados entraron en combate con el enemigo, porque yo me sentía orgullosa de que quien creía que era mi padre, era un soldado valiente que había entrado en guerra para obtener la paz”, relató.

“Yo era la Pando (Cecilia) perfeccionada al mil por ciento..., hablaba con una carga ideológica muy fuerte”, se definió al compararse con la defensora de ex militares acusados de violaciones a los derechos humanos.

De esos tiempos, recuerda haber sido responsable del despido de un profesor que en un acto por el Día de la Memoria en la escuela de su hijo mayor -Gonzalo-, eligió el tema de León Gieco, `De igual a igual´ cuando se fijó el Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia.

“Gonzalo vino amargado porque en el acto escolar se repudiaba el golpe militar y él quería mucho a quien creía que era su abuelo. Entonces pedí reunirme con la directora que le reprochó al profesor por la canción que había elegido, a lo que él contestó que lo había hecho en recuerdo de los 30 mil compañeros desaparecidos”, contó y pidió al docente “perdón” por lo hecho.

Desde 1984 Abuelas de Plaza de Mayo buscaron a Victoria, pero recién en 1998 tuvo su primera revelación cuando supo que no era María Sol, ni hija biológica de un coronel que “combatió a la subversión con orgullo” y que entre sus “gestas patrióticas” reconoció haber asesinado a sus padres cuando ella tenía 13 días de vida.

Pero la restitución de su identidad fue en 2000, al confirmarse que era hija de Hilda Torres y Roque Orlando Montenegro, ambos militantes de la JP primero y luego del ERP, nacida el 31 de enero de 1976, inscripta por sus padres el 10 de febrero y secuestrada de sus brazos pocos días después, cuando fueron asesinados por Tetzlaff.

Por Liliana Valle (Telam)

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