La cita fue entre diciembre y enero en el Módulo Psiquiátrico del Hospital Penitenciario Central (HPC) de Ezeiza. El clima fue de distensión y descontractura. Los personajes que se sumaron a los internos del HPC fueron –son– reclusos del Complejo Penitenciario Federal II (CPFII) de Marcos Paz. El carnaval fue la consigna. Es que los hombres del CPFII formaron la murga Los Estudiantes de Marcos Paz y llevaron su alegría, sus cantos, sus humoradas y todo su colorido a quienes, como ellos, tienen estos momentos de libertad como uno de los mayores logros de sus reclusiones.
La licenciada en Trabajo Social Mariana Pessano de Gutiérrez, una de las 38 profesionales que conducen el Dispositivo de Tratamiento Prisma (Programa Interministerial de Salud Mental Argentino) no dudó a la hora de definir el encuentro: “Sorprendió una actividad tan abierta que incluyó a los familiares de los internos psiquiátricos y que, en las dos ocasiones que se llevaron a cabo, se tradujo luego en una perceptible baja en la conflictividad”. Prisma es un programa interactivo entre el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación y el Ministerio de Salud.
“Me puso recontento la murga. Que vuelvan cuando quieran, estaba rebuena”, dijo Hugo, uno de los internos en el HPC que se sumó al paso de Los Estudiantes... para recordar su pasado murguero en 2001.
Los módulos del hospital se iban tiñendo del colorido carnavalero y el retumbar de los bombos se escuchaba por los pasillos, por las habitaciones, por los patios, por los consultorios. Fueron dos días de cuatro horas cada uno donde la alegría dijo presente y tanto reclusos como internos dieron rienda libre a la creatividad y al festejo con la sensación de participación activa en algo que les devuelve la confianza en sí mismos. Hasta el director nacional de la institución, doctor Víctor Hortel, fue premiado con un aplauso cerrado luego de acompañar con el redoblante toda la marcha murguera.
Fuente: Miradas al Sur
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