Inaugurados por Perón para el esparcimiento de los trabajadores, quedaron en el olvido. Hace tres años, el Ministerio de Desarrollo Social inició su puesta en valor. Cada domingo, Ignacio Copani cierra las actividades con sus canciones.
El 9 de enero de 1949, el entonces presidente Juan Domingo Perón inauguró los bosques de Ezeiza, al costado de lo que hoy es la autopista Ricchieri,un predio de más de 600 hectáreas pensado por Evita para el esparcimiento de los trabajadores. En aquellos días, más de 30 mil personas visitaban diariamente el lugar, que contaba con cuatro piletas y unos 3 millones de árboles. Sin embargo, los sucesivos gobiernos empezaron a abandonarlo. El almirante Isaac Rojas llegó a ordenar el bombardeo de la zona de piletas, y en 1994, Carlos Menem intentó privatizarlo, pero los propios vecinos lo impidieron. Los bosques dejaron de ser un espacio para la familia y comenzaron a ser sinónimo de inseguridad e ilegalidad, con picadas de autos y motos y apropiación de terrenos. Sin embargo, el 1 de agosto de 2008, hace exactamente tres años, el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación inició un plan de recuperación y puesta en valor del hoy llamado Centro Recreativo Nacional.
“El modelo neoliberal consideraba a estos espacios como un gasto. Pero ahora se puso el ojo en la familia y la restitución de derechos, el esparcimiento y la jornada de descanso”, indicó Adrián Pavón, encargado del predio desde el ministerio. Según reveló, un millón y medio de personas ya disfrutaron de los bosques en la primera mitad de 2011. Desde hace más de un año, cada domingo cierra la jornada Ignacio Copani, tras actividades diagramadas por profesores de educación física y artistas del grupo La Juglaría.
Hasta el momento, están habilitadas al uso público unas 250 hectáreas. Los árboles que se caen, por decrepitud o efectos del viento, se utilizan para construir toda la infraestructura en madera: cercas, revestimiento de los baños, pisos, bancos, juegos y materas. Unas 250 personas, pertenecientes a ocho cooperativas de trabajo, realizan las tareas, desde mantenimiento y corte de pasto hasta la carpintería y el aserradero, que funciona ahí mismo. Otra se encarga del vivero y encaró la reforestación con 2000 ejemplares de nuevas especies, como jacarandá o pata de buey.
Manuel Espinoza, encargado de los guardaparques, cuenta que han recuperado la cinta asfáltica, colocado 490 luminarias, tres kilómetros de bicisendas y 500 módulos de cuatro parrillas cada uno. “Hay domingos que vienen 80 mil personas. Queremos que disfruten de este lugar como se hacía en los ’40 y ’50”, dice. Para la temporada de verano, se anuncia, estará terminado todo el sector de albergues (con capacidad para alojar a contingentes de 450 personas) y se pondrá en funcionamiento una de las tres piletas de agua salada de cuatro hectáreas, recuperadas tras décadas de abandono.
Fuente: Por Gustavo Sarmiento para Tiempo Argentino
1 de Agosto 2011
1 comentarios:
Buenísimo que los bosques esten de nuevo trasitables. Mis viejos me contaban que iban siempre antes que yo naciera.
David de Ezeiza
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